Con el cambio de clima o en temporada de frío, es común que muchas personas experimenten la molesta acumulación de flemas, especialmente si se resfrían o desarrollan infecciones respiratorias como la gripe o la bronquitis. Este fenómeno puede generar dudas sobre por qué se intensifica en esta época del año, y sobre todo, por qué el moco cambia de color.
A continuación, te explicaremos a fondo el papel que juegan las flemas en el proceso de recuperación y cómo ayudan a proteger nuestro sistema respiratorio.
¿Por Qué las Flemas Aumentan en Temporada de Frío?
Durante los meses fríos o en cambios bruscos de temperatura, el sistema inmunológico se vuelve más vulnerable debido a una serie de factores ambientales, en esta época el aire frío y seco irrita las vías respiratorias, debilitando temporalmente nuestras defensas y aumentando la producción de moco como una respuesta natural del cuerpo para mantener las vías respiratorias húmedas y protegidas.
Además, en estas temporadas solemos pasar más tiempo en espacios cerrados, donde las bacterias y virus se propagan con mayor facilidad, estos microorganismos provocan infecciones respiratorias como resfriados o gripes, activando la respuesta inmune del cuerpo.
¿Por Qué las Flemas Cambian de Color a Verde o Amarillo?
El cambio de color de la mucosidad sucede cuando el sistema inmunológico está combatiendo una infección activa. Las flemas verdes o amarillas indican la presencia de células inmunitarias como los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco encargado de eliminar bacterias y otros patógenos, cuando los neutrófilos combaten la infección, liberan enzimas que contienen hierro, y este hierro es lo que da al moco ese tono verdoso característico.
Entonces, el cambio de color en las flemas es una señal de que el cuerpo está trabajando activamente para combatir el agente infeccioso.
El Papel de las Flemas en la Recuperación
El moco espeso producido durante una infección tiene un propósito importante: atrapar y retener bacterias, virus, polvo y toxinas, al acumularse en las vías respiratorias, el moco facilita que el cuerpo elimine estos agentes infecciosos y partículas no deseadas mediante la tos, de ahí decimos que la tos no es la enfermedad, sino la cura.
Expulsar flemas mediante la tos ayuda a descongestionar las vías respiratorias, lo que permite que los pulmones funcionen mejor y facilita una recuperación más rápida, este proceso ayuda a reducir la inflamación y previene la acumulación de bacterias que podrían empeorar la infección o causar otras complicaciones respiratorias.
¿Es Mejor Expulsar o Tragar las Flemas?
Si expulsamos las flemas, ayudamos a eliminar físicamente del cuerpo los patógenos y desechos que el sistema respiratorio ha atrapado, sin embargo, si accidentalmente tragamos flema, el cuerpo tiene un mecanismo de defensa adicional: al llegar al estómago, los ácidos gástricos descomponen las bacterias y los microorganismos presentes en la mucosidad, eliminando el riesgo de infección en la mayoría de los casos.
Es importante señalar que aunque tragar flema es seguro en la mayoría de los casos, hacerlo repetidamente puede causar malestar estomacal debido a los residuos y toxinas que contiene la flema, los cuales el cuerpo estaba intentando desechar por la boca.
Por lo anterior, es preferible expulsarlas por la boca, ya que también ayuda a reducir la congestión y facilita la respiración.
¿Cuándo Debo Consultar a un Médico?
Aunque las flemas son una parte normal del proceso de recuperación, ciertos signos pueden indicar una infección más grave y requieren atención médica, por ejemplo:
- Flemas con sangre: Puede ser señal de una infección grave o daño en las vías respiratorias.
- Flemas con olor desagradable: Esto puede indicar una infección bacteriana en los senos paranasales o en los pulmones.
- Persistencia de flemas verdes o amarillas por más de una semana: Si los síntomas no mejoran, puede ser un signo de una infección bacteriana que necesita tratamiento con antibióticos.
- Otros síntomas: Como fiebre alta persistente, dolor en el pecho o dificultad para respirar.
Consejos para Reducir la Producción de Flemas y Aliviar la Congestión
Aquí tienes algunos métodos naturales y sencillos para ayudar a reducir la acumulación de flemas y facilitar su eliminación:
- Mantente hidratado: El agua ayuda a diluir el moco, facilitando su expulsión y reduciendo la congestión.
- Inhalación de vapor: Inhalar vapor de agua caliente (puedes agregar unas gotas de aceite esencial de eucalipto o menta) ayuda a aflojar las flemas y despejar las vías respiratorias.
- Usa un humidificador: Mantener el ambiente húmedo en casa reduce la sequedad en el sistema respiratorio, lo que disminuye la producción excesiva de moco.
- Evita el humo y la contaminación: Los irritantes en el aire pueden aumentar la producción de moco, así que intenta evitar el humo de cigarrillo y los ambientes contaminados.
- Consume alimentos antiinflamatorios: Ciertos alimentos, como el jengibre, la cúrcuma y el ajo, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la producción de moco (1)(2)(3).
- Haz gárgaras con agua tibia con sal: Este remedio puede aliviar la garganta y ayudar a eliminar el exceso de moco en la parte posterior de la garganta.
Reflexión Final
Las flemas verdes son una señal de que el cuerpo está luchando activamente contra una infección, aunque pueden resultar molestas, cumplen una función esencial para proteger el sistema respiratorio y ayudar a expulsar microorganismos y toxinas. Recuerda que es preferible expulsar las flemas para reducir la congestión y evitar malestares estomacales.
Si los síntomas persisten o empeoran, no dudes en consultar a un profesional de la salud para recibir el tratamiento adecuado.
¡Cuida de tu salud respiratoria, especialmente en temporada de frío, y permite que tu cuerpo expulse lo que no necesita para que te sientas mejor lo antes posible!